Termina Kiev 2017 y llega el momento de hacer balance. Las autoridades ucranianas y asociaciones hoteleras comienzan a revelar las primeras estimaciones, muy positivas, aunque en el caso de estos últimos por debajo de sus expectativas. Nada menos que 60.000 visitantes pasaron la semana eurovisiva en la capital del país, siendo 20.000 de ellos extranjeros y 40.000 nacionales. Se calcula que su estancia ha reportado a la ciudad más de 35 millones de euros, lo que se traduce en 5 millones de beneficio, dado que la inversión se ha acercado a los 30.

Parte de la prensa y de la sociedad ucraniana critican que, dada la delicada situación económica del país, la inversión haya llegado a esas cifras. Además, se ha filtrado alguno de los gastos y cachés pagados a los artistas. Como ejemplo, las actuaciones de Jamala en las galas del festival, que reportaron a la artista 34.000 euros. Aúnque la mayor parte del presupuesto ha ido a parar a la propia producción del evento y en crear una imagen positiva del país, realizando obras en toda la zona del Centro Internacional de Exposiciones y el corazón de la ciudad.

Según expertos hoteleros y de hostelería, los ingresos por parte de los huéspedes han sido menores de lo esperado. Apartamentos en vez de hostales u hoteles, y comida en puestos callejeros en vez de restaurantes serían los culpables, apuntan. De esta manera, la asociación de pequeños hoteles de la ciudad afirma que sólo se incrementó la ocupación un 25% con respecto al mismo período en años anteriores. Mientras, calculan que el gasto medio en comida fue de ocho euros diarios por persona.