David contra Goliat, ese es el mejor resumen del primer día de ensayos de Eurovisión 2018, el cual nos ha deparado todas las sorpresas positivas o negativas habidas y por haber. Eurovision-spain.com ha retransmitido en directo desde primera hora de la mañana y hasta la última de la tarde las 10 primeras pruebas individuales en el Centro de Prensa situado en el Pavilhão de Portugal de Lisboa, dentro del complejo del Parque de las Naciones que acoge la 63ª edición del festival. Tres de las grandes favoritas a alzarse con el micrófono de cristal han decepcionado o, directamente, pinchado en su primer ensayo, mientras que otras candidaturas más infravaloradas o minoritarias han arrancado un aplauso generalizado de la prensa acreditada. 

Israel y Bulgaria han protagonizado la nota negativa de la jornada. Netta ha dado la razón a quienes apuntaban a la dificultad de mantener en directo su ya famosísimo Toy. Ataviada y rodeada por una estética manga, a destacar dos llamativas estanterías llenas de figuras de gatos asiáticos dorados, su voz y su interpretación no han brillado, ni siquiera destacado, encorsetada en una puesta en escena caótica y, por el momento, inconexa. Las tres bailarinas hiperactivas que la acompañan sobre el escenario tampoco han ayudado a digerir la actuación. Para rematar el naufragio, el esperado juego con su looper no ha sido todo lo disfrutable o sorprendente que cabría esperar. 

Bulgaria no ha aprovechado la oportunidad de adelantarla y tomar ventaja en la primera jornada de ensayos, en su caso, no por cometer demasiados errores, sino por no destacar como se le supone a una gran favorita. Su actuación, más y mejor medida que la israelí, combina una imagen y una escenografía futurista y robótica con una realización en la que los juegos y efectos de cámara cobran vital importancia. Las armonías vocales, sin poderse criticar, no han sido tan espectaculares y empastadas como demostraron en algunas de sus actuaciones previas. El mayor handicap al que se enfrentan los búlgaros es a superar cierta sensación de artificialidad y carencia de alma, algo que se ha hecho especialmente notable a falta de una actuación tan rompedora que consiguiera borrar todas sus debilidades. 

El mayor batacazo del día, no obstante, se lo ha llevado Bélgica, con un directo al borde del precipicio, una interpretación desganada y una escenografía simple y desnuda. Sola sobre un escenario lúgubre y situada en la pasarela que recorre de lado a lado y vuelta a empezar, no saca absolutamente ningún partido a una canción que hasta ahora había recibido muy buenas críticas. Las casas de apuestas la han sentenciado de buenas a primeras haciéndole perder el top 10 que mantuvo desde el momento de su presentación hasta su decimotercer puesto actual. Todas estas debilidades las ha aprovechado Francia, la segunda ola que se está convirtiendo en un tsunami, ya segunda en las casas de apuestas y acechando cada vez con más fuerza y poder a la hasta ahora imbatible Israel.

Dos han sido las candidaturas que han superado con nota o, al menos, con aprobado, este primer día de ensayos de Eurovisión 2018. Estonia con La forza de Elina Nechayeva, curiosamente, una de las propuestas que reunía más apoyos y, a la vez, generaba más dudas, ha salido completamente reforzada de su primera toma de contacto. Más allá de una canción sin nada en especial y una escenografía una y mil veces vista, la actuación es toda una delicia para los sentidos, empezando por la guapísima cantante y su majestuosa voz, y terminando por una puesta en escena que, a pesar de su poca o nula originalidad, han conseguido hacerla espectacular y elegante. 

La nota de Chequia no alcanza la matrícula de honor, pero sí un notable para una actuación colorida, dinámica y vistosa que todavía tiene que perfilar algunos aspectos de la realización, y de la que aún no hemos visto todo. El cantante, Mikolas Josef, se ha lesionado en una de sus múltiples piruetas durante el ensayo, y es que desde el centro de prensa se intuía que algo no iba bien, debido a su semblante serio en vez de su habitual desparpajo y sonrisa. El checho tendrá que mantener un reposo total para poder estar totalmente recuperado para su siguiente paso por el escenario eurovisivo.

Y frente a todas las favoritas de la imposible primera semifinal de Eurovisión 2018, dos candidaturas han dado un golpe sobre el tablero, y han dicho aquello de que todavía queda mucho partido. Albania y Lituania se han llevado dos de los mayores aplausos de la jornada. Eugent Bushpepa por una voz sencillamente prodigiosa, su actitud rockera y un vestuario elegante y arriesgado, con un puntito desarrapado, muy acorde y acertado. Ieva Zasimauskaite, por su parte, por una escenografía en la que unos hologramas expresan a la perfección el mensaje precioso y nostálgico de una canción muy necesitada de este envoltorio para destacar. 

El día se completó con los ensayos de Azerbaiyán, Islandia y Bielorrusia. Los azeríes han superado la prueba en contra de los malos augurios. Con una puesta en escena con aroma sueco y simulando un oceáno y cinco barcos con simplemente cinco tarimas, su posición de salida hace de ella un buen inicio de festival, pero hace dudar de su recuerdo después de 18 actuaciones más. En cualquier caso, muy disfrutable y mucho mejor de lo esperado. Los islandeses parten con una canción demasiado sencilla y una actuación que puede recibir el mismo calificativo, tanto, que resultado simple. Una pena que la bonita voz y el pedazo carisma del cantante no puedan lucirse con una propuesta a su altura. Su clasificación es difícil, por no decir imposible. Los bielorrusos, finalmente, han protagonizado el momento más bizarro e hilarante, no solo de esta primera jornada, sino probablemente de toda la edición. Una escenografía indescriptible, con una rosa que pasa de ser un regalo a una flecha y de una flecha a un tatuaje, todo ello adornado por un elevador y un efecto 3D, como no, de pétalos. Literalmente.

En cuanto al escenario y realización, división de opiniones, para el que escribe estas líneas, sobresaliente. La ausencia de LED's se suple con un derroche de iluminación y juego de cámaras en un escenario diferente, original y con personalidad, en el que sus pasarelas, arcos y diferentes módulos dan una sensación de amplitud y profundidad que favorece a todas las actuaciones sin excepción. Sin llegar a la matrícula de honor de Estocolmo 2016 o Copenhague 2014, ni al derroche de Moscú 2009, Lisboa puede estar bien satisfecha de un escenario al que saca mucho partido, más allá de una pantalla. 

A partir de mañana, desde las 11:00 CET, segunda jornada de ensayos que abrirá ARY Macedonia y cerrará Chipre, y en la que podremos ver por primera vez en escena candidaturas muy esperadas como las de Grecia o Finlandia. Todos ellos los cubriremos nuevamente en directo desde el Centro de Prensa en la cobertura de eurovision-spain.com para Eurovisión 2018.