Roberto Bellarosa avisó con su Love kills, Loïc Nottet lo confirmó deleitando en escena con su Rhythm inside y Laura Tesoro propulsó las intenciones de la candidatura coreografiando su What's the pressure. Bélgica apunta al triunfo y en su objetivo trabaja ya de cara a que sea en Ucrania donde culmine su proyecto ganador. De hecho, más pronto que tarde dará a conocer quién será su abanderado en 2017, representante que, según la prensa belga, saldrá de la terna compuesta por Piérre Lizée y Olivier Kaye, rostros conocidos para el gran público de su país por su reciente participación en la quinta temporada de La Voz.

La RTBF, le televisión valona a la que esta vez le toca proceder a la elección, se encuentra sopesando los pros y contras de ambos aspirantes, así como las composiciones propias que los artistas barajan, para anunciar su decisión en breve ya que pretende revestir su apuesta de una cobertura mediática amplia durante los meses previos a la próxima edición de Eurovisión. A priori, Piérre Lizée, de 20 años, es quien cuenta con más papeletas para suceder a Tesoro, y es que pese a quedar cortado en las semifinales del mencionado talent show ya dio el salto al estrellato con su primer single, I’am just a ghost. La crítica encaja su perfil en un estilo parecido al que transmiten cantantes como Noel Gallagher, Jake Bugg o Coldplay, combinando el pop, el rock y sonidos de influencia británica, como el que pudo adoptar el sueco Frans en el último certamen eurovisivo. Por su parte, Kaye, de 23 años, presenta un currículo con más tablas después de que, con 16 años, tomara parte también en el concurso XFactor, con un potencial musical destinado al pop comercial, sonidos electrónicos e influencias como la de Michael Bublé y George Michael. Su versión de Slippin, de Usher, exhibe buena parte de su talento. A estas dos opciones se suma, casi unilateralmente, la de Kate Ryan, quien, tras pinchar en 2006, expresó hace semanas en el Mr. Gay Pride España su deseo de volver a capitanear los colores de su país.

Desde luego, Bélgica no quiere dejar ningún cabo suelto ni que le ocurra como hace tres años, cuando partía como favorita con Mother, el tema de Rafael Artesero interpretado por Axel Hirsoux, que no pasó el corte de semifinales contra todo pronóstico. Nada que ver con las actuaciones de Nottet en 2015, cuarto puesto con 149 puntos, o la de Tesoro este pasado mayo, décima posición con 274 puntos tras abrir el festival. What's the pressure?, que ganó enteros con una presentación coreográfica acorde con los nuevos tiempos, se erigió en una de las más duras competidoras del Say yay de Barei, a quien posiblemente restó unos cuantos puntos por sus aires semejantes, algo que se comprobó desde los ensayos previos. Bélgica ha cosechado una única victoria en 1986 con Sandra Kim y su J'aime la vie, que es también la ganadora más joven de la historia de Eurovisión, ya que por aquel entonces tenía solo 13 años. Ya en 2010, con el sexto puesto del Me and my guitar que hizo brillar a Tom Dice, la candidatura belga empezó a mostrar sus intenciones, refrendadas el último bienio y con muchas posibilidades de que a corto plazo sean ellos quienes acojan el festival.