La televisión pública de Israel ha realizado ya su primer cálculo para abordar los primeros pasos de cara a Eurovisión 2019. La KAN ha entregado al Ministerio de Finanzas del país un informe detallado con un cálculo amplio aunque aproximado de inversión para acoger el festival europeo. Entre 150 y 190 millones de nuevos shekels israelís o, lo que es lo mismo, entre 35 y 45 millones de euros es a lo que apunta el documento como presupuesto total. 

Por otro lado, el canal deberá hacer una transferencia a la Unión Europea de Radiodifusión como salvaguarda del festival. La KAN hará entrega de 12 millones de euros en agosto como garantía temporal, por si hubiese algún problema de cara a la emisión en Israel. Dicho requisito es parte del contrato que se establece con la cadena organizadora y sirve para cubrir la marca del festival. El informe ha incluído esta cláusula para que el ministerio facilite dicho ingreso.

La dependencia directa de la cadena del aparato gubernamental tiene más argumentos de los habituales. Cabe recordar que la televisión del país aún vive en pañales ya que la antigua e histórica IBA fue cerrada en mayo de 2017 para terminar con los problemas financieros y legales en que había derivado su gestión con el paso de los años. La nueva IPBC, bajo la marca KAN, abrió en el mismo mes que su sucesora y aún está en proceso de estructuración. Los planes iniciales del gobierno preveían de hecho una división del canal en dos en los próximos meses, pero debido a la llegada del festival este proyecto se ha pospuesto.

Paralelamente a las gestiones internas, la UER y la KAN se reúnen esta semana en Ginebra, en la sede de la red europea, para seguir avanzando en estos primeros pasos. Entre varias cuestiones a tratar, ambos organismos abordan la elección de la ciudad anfitriona. Jerusalén, Tel Aviv, Haifa y Eilat competirán en la próximas semanas por acoger el festival. Se abre así un período de desarrollo de proyectos para llegar a decidir a mediados de verano cuál es la sede de la superproducción, con Jerusalén como la favorita del gobierno local y Tel Aviv como la aparente preferencia de los seguidores del festival.