La red europea ha celebrado su quinto taller anual dedicado al Festival de Eurovisión en Berlín, un evento que ofrece a las delegaciones europeas y Australia compartir las experiencias y conocimiento sobre la competición musical. Al mismo tiempo, el foro de debate marca el inicio de la temporada eurovisiva, en la que el supervisor ejecutivo del concurso, Jon Ola Sand, hace balance de la edición anterior, Kiev 2017: “Conocemos los desafíos que enfrenta Ucrania, pero estamos satisfechos con los tres grandes espectáculos que ofrecieron”.

La jornada también ha servido para presentar a los anfitriones de la 63ª edición del certamen, la RTP, la cual ha desarrollado, a puerta cerrada para el Grupo de Referencia de la UER, todos los detalles de la superproducción europea de 2018, incluyendo los sitios propuestos para albergar el Eurovillage y el Euroclub, además de discutir sobre el lema y el tema artístico de este año. La dirección del organismo europeo ha mostrado gran satisfacción con el equipo luso: “Hasta ahora, todo está bien”. La próxima reunión tendrá lugar en noviembre en Portugal.

Bulgaria, que quedó segunda en el festival celebrado en Ucrania, ha tenido también su minuto, de la mano de la responsable de la delegación búlgara, Johanna Levieva-Sawyer, para compartir la fórmula del fracaso al éxito en Eurovisión. Los búlgaros, desde su entrada en 2005 solo se han clasificado en tres ocasiones: Helsinki 2007 con Elitsa y Stoyan y Water, Estocolmo 2016 con Poli Genova y If love was a crime y Kiev 2017 con Kristian Kostov y Beautiful Mess, candidaturas de éxito, un quinto, un cuarto y un segundo puesto respectivamente.

Islandia, a pesar de no clasificarse en Kiev 2017, ha revelado que el 98% de la población total del país disfrutó de las tres galas de la pasada edición de Eurovisión. El interés islandés por la cita musical no ha dejado de aumentar año tras año, lo que también se ve reflejado en su preselección nacional para el festival Söngvakeppin, sobre todo en la última celebrada, en la que se recibieron un total de 300.000 votos para las candidaturas, un dato excelente si se contempla que en la tierra del hielo viven alrededor de 330.000 personas.

Finalmente, Paul Clarke, de la delegación australiana, ha informado al órgano directivo de la UER de sus últimos pasos sobre el próximo 'Eurovisión Asia', primer spin-off del concurso europeo, del que es productor. Proyectado para mediados de 2018, el espectáculo se encuentra en una fase avanzada de desarrollo. Además de Australia, China, Corea del Sur, Japón e India, las cuales formarían un particular Big Five, Nueva Zelanda, Singapur, Hong Kong, Islas Salomón, Vanuatu y Maldivas han manifestado su interés por participar.