En la última semana, representantes de la UER, entre ellos, Jon Ola Sand, supervisor ejecutivo del certamen, y Frank-Dieter Freiling, presidente del Grupo de Referencia, han viajado a Kiev y reunido con el gobierno ucraniano y la administración local para establecer un cronograma, entre noviembre y finales de año, sobre los objetivos y períodos de ejecución en estos seis meses por delante antes de la celebración de la 62ª edición de Eurovisión. El próximo 10 de noviembre la red europea volverá a viajar a la capital para seguir trabajando en la organización.
[cita]Tenemos mucho trabajo por hacer en un tiempo limitado[/cita]
Casi una docena de agencias participarán en el concurso público de la NTU que decidirá la imagen y el eslogan de esta próxima competición. Los proyectos deben enviarse antes del 4 de noviembre y la decisión final será tomada en tándem entre el Grupo de Referencia y la cadena ucraniana. La televisión anfitriona ha querido lanzar una idea preliminar con la que podrían jugar las mismas agencias para el tema de Kiev 2017: Hear our voices (Escucha nuestras voces) podría relevar a Come together (Estar unidos), el lema seleccionado para Estocolmo 2016.

El supervisor ejecutivo del festival también ha querido disipar las primeras dudas sobre la venta de entradas para el espectáculo del año que viene. Hay tanto que confirmar, asegura Ola Sand “que lo que primero debemos hacer es estudiar el diseño del escenario para luego concretar el número de entradas disponibles”. Pese a ser optimista, el directivo ha augurado una primera tanda de tickets para Kiev 2017 entre navidades y mediados de enero, a diferencia de otras ediciones, cuando el proceso de compra se iniciaba antes de las vacaciones de invierno.

“Todavía estamos discutiendo múltiples opciones para el resto de las localizaciones, por lo que aún es pronto para confirmar las ubicaciones”, afirma Ola Sand. La ceremonia de apertura y la alfombra roja se desarrollarían en el complejo de Santa Sofía de Kiev, según el teniente de alcalde Oleksii Reznikov, “la catedral no tiene función de templo sino de museo, por lo que estos actos no violarían la fe de los creyentes”. Por otro lado, el Centro Parkovy podría albergar las noches eurovisivas y la calle comercial Khreschatyk, que conecta con el Maidán, el Eurovillage.

La UER ha querido finalmente tranquilizar a los eurofans, en vista del volumen de trabajo que hay por delante, y especialmente lo ha hecho el mismo responsable del concurso, que ha concluido la reunión de esta última semana asegurando a todo el mundo que “tras haber visitado en los últimos meses varias ocasiones el país y la ciudad anfitriona, el público disfrutará de un gran espectáculo el próximo mes de mayo. Aunque haya tanto trabajo por hacer, la ciudad tiene mucho que ofrecer”.