ABBA, Europe, Roxette, Ace of Base, The Cardigans, Loreen o Avicii son algunos de los artistas de sello sueco más importantes del mundo. Max Martin, Denniz Pop o Red One, también suecos, son autores de muchos de los éxitos pop de los últimos 20 años, desde BackStreet Boys a Taylor Swift, pasando por Britney Spears, Katy Perry o Justin Timberlake. Incluso plataformas de música como Spotify y SoundCloud son de origen sueco. El milagro de la música sueca aborda el fenómeno generado por la industria musical de este país nórdico que, a pesar de no alcanzar los 10 milones de habitantes, es la tercera potencia mundial en este sector. Irene Mahía y César Vallejo, equipo eurovisivo de rtve.es, han dirigido esta cinta que se ha estrenado esta tarde en televisión, en el Canal 24 de TVE. 

Con motivo del Día Europeo de la Música, la cadena pública ha presentado esta semana este documental. Mahía y Vallejo han trabajado a lo largo de los últimos meses para descubrir por qué la música es un negocio tan rentable en Suecia. Ambos han viajado a Estocolmo, epicentro de la actividad musical del país, para hablar con varios profesionales de la industria musical sueca, como Loreen (Suecia 2012), Cecilia Julin (Embajadora de Suecia en España), Peter Boström (productor), Jenny Hermanson (Directora general de Spotify en la región nórdica), Ingmarie Halling (Directora del Museo ABBA), Christer Björkman (productor ejecutivo de la SVT, productor y cantante), Linnea Södahl (compositora) y el grupo En Drös Poeter, una de las jóvenes promesas de la escena musical sueca.

Todos ellos analizan cuáles son las circunstancias que se han dado en los últimos años para que Suecia se haya convertido en la cuna del pop mundial: la inversión del Estado en escuelas de música, el éxito de formatos musicales de la televisión pública (SVT) como su preselección Melodifestivalen para Eurovisión, su sistema educativo, el altísimo nivel de inglés de sus ciudadanos y su particular clima contribuyen a un fenómeno de producción musical a escala mundial.

ABBA, EL PUNTO DE PARTIDA

El motor que puso en marcha esta exitosa industria fue ABBA. Con más de 370 millones de discos vendidos, el grupo es el cuarto artista que más copias ha vendido en la historia, solo por detrás de The Beatles, Elvis Presley y Michael Jackson. Toda su música se produjo en Estocolmo, dando trabajo e inspiración a nuevos músicos, productores y otros profesionales del gremio. Es lo que se conoce como el efecto ABBA, que aún hoy sigue dando sus frutos. Y es que si antes de 1974, año en el que ABBA ganó Eurovisión con Waterloo, nadie hablaba de la música sueca, desde entonces ser sueco es un valor al alza dentro de esta industria.

La buena fama de los músicos suecos se debe a su capacidad innata para crear números 1. El principal productor del país, Max Martin, es el auténtico rey midas del pop mundial y el autor que mayor números 1 ha logrado en Billboard, solo por detrás de Paul McCartney y John Lennon. “De hecho, cada cinco minutos, suena una canción de Max Martin en alguna radio del mundo”, afirma Peter Boström, uno de los protagonistas de este documental.

Más allá del éxito propio, Max Martin es un referente para todos los colegas de su país, que aplican a sus canciones algunas de las claves de su estilo musical, como las melodías aparentemente sencillas y pegadizas para canciones que acaban siendo muy accesibles para el gran público.

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