Eurovisión, como tantas otras veces a lo largo de sus 60 años de historia, ha renacido de sus cenizas. El festival, después de años de remontada, se encuentra en una etapa de bonanza artística, comercial y mediática que culminó la pasada edición celebrada en Viena, Austria, con una de las mejores cosechas musicales de las últimas ediciones, excelentes datos de audiencia televisiva y social y, el caso que nos ocupa en este reportaje, y numerosos éxitos en las listas de ventas. A la vencedora, Suecia, hay que añadirle la gran repercusión internacional obenida por Rusia, Italia, Bélgica o Estonia, y no pocos hits regionales y locales.

Mans Zelmerlow con Heroes por Suecia se ha convertido en uno de los ganadores de Eurovisión más exitosos de los últimos tiempos con 205.000 copias vendidas a nivel mundial. Una cifra que, si bien no alcanza los 1.200.000 singles de Suecia 2012 con Euphoria de Loreen, ni los 700.000 sencillos de Alemania 2010 con Satellite de Lena, sí multiplica los registros de Rise like a Phoenix, Only teardrops o Running scared. Heroes ha conseguido 11 números 1, cuatro platinos en Suecia y dos oro en España y Noruega, y presencia en los charts de hasta 32 países.

Italia con Grande amore de Il Volo, los vencedores del televoto en la pasada edición del festival, no solo han demostrado su fuerza en los charts con su single, con tres #1 en Italia, Bélgica y Grecia, dos platinos en Italia, y entradas en un total de 12 países, sino también con su álbum, y con una multitudinaria gira que está llenando recintos a lo largo y ancho del planeta. Rusia con A million voices de Polina Gagarina ha sido #1 en Rusia y ha entrado en hasta 14 países pero, además, merece una mención especial por conseguir trasladar, por primera vez, uno de sus tantos éxitos eurovisivos a las listas de ventas de medio mundo, tanto a las oficiales occidentales, no siempre receptivas a la industria musical del este que a pesar de su calidad y cantidad no termina de llegar a nuestros mercados, como a las no oficiales de los países de la órbita soviética. 

Bélgica con Rhythm inside de Loic Nottet, además del #1 en su propio país, ha entrado en otras 14 listas de ventas, mientras que Estonia con Goodbye to yesterday de Elina Born & Stig Rasta hace lo propio dentro de sus fronteras, y en nueve charts más. Nadav Guejd con Golden boy, Maraaya con Here for you, y Elhaida Dani con I'm alive también han sido #1 en Israel, Eslovenia y Albania, y The Makemakes con I'm yours ha llegado hasta el #2 en Austria consiguiendo una de las mejores marcas históricas para una candidatura eurovisiva en las listas de ventas del los anfitriones. Precisamente, la fiebre festivalera ha contagiado las emisoras austríacas siendo uno de los mercados musicales que ha acogido a más candidaturas, junto a los tradicionales alemán, belga, holandés, islandés y suizo.

España con Amanecer de Edurne ha sido recibida en las listas de ventas con la misma frialdad que en su paso por Eurovisión. El single se conformó con un #20 en Promusicae, por debajo del #5 de Dancing in the rain de Ruth Lorenzo y Algo pequeñito de Daniel Diges, el #6 de Quédate conmigo de Pastora Soler, el #9 de La noche es para mi de Soraya y el #19 de Que me quiten lo bailao de Lucía Pérez, y solo por encima en los últimos años del #32 de Contigo hasta el final de El Sueño de Morfeo. Internacionalmente, solo encontramos su rastro en Bélgica donde se coló en el #58. Sí cabe destacar el aceptable funcionamento de su álbum posterior a Eurovisión, Adrenalina, el sexto de su carrera, y el mejor peak desde su disco debut hace 10 años, alcanzando un #6 en Promusicae. Respecto a las candidaturas de los otros países, además de la ya citada ganadora convertida en superventas y canción del verano por estos lares, únicamente ha entrado en los charts españoles el single y el álbum de Italia con una industria musical que sigue mirando más al otro lado del charco que al continente.

En el otro lado de la balanza, un año más, encontramos a Francia y Reino Unido, dos de las superpotencias musicales más importantes del mundo que, sin embargo, no se reflejan desde hace años en sus apuestas festivaleras. Lisa Angell con N'oubliez pas no pasó de un más que discreto #74 en territorio francés, mientras que Electro Velvet con Still in love with you ni siquiera entraron en el top 100 británico con un pésimo #114.

También han tenido mala nota Ann Sophie con Black smoke o Molly Sterling con Playing with numbers, quienes se conformaron con un #26 y #77 en Alemania e Irlanda, respectivamente, dos países con una amplia tradición eurovisiva, al igual que en Finlandia donde Aina mun pitaa de Pertti Kurikan Nimipaivat ni se asomaron a las listas de ventas. Tampoco entraron en los charts de ningún país las candidaturas de Bielorrusia, Polonia, Moldavia, Portugal, República Checa, República de Macedonia, San Marino y, curiosamente, Azerbaiyán, país que encadena éxitos en Eurovisión que, salvo rara excepción, no tienen el más mínimo recorrido en los charts, pero eso quedará para otro análisis.